La militarización en la región del Catatumbo se venía presentando desde antes del 16 de enero de 2025. En especial, durante el cese bilateral del gobierno con la insurgencia del ELN, las comunidades de la región venían evidenciando el  incremento del pie de fuerza, además de movimientos de tropas a regiones que históricamente no había hecho presencia. Igualmente, diversos procesos y organizaciones sociales han denunciado la reactivación del paramilitarismo en sus distintas versiones, en especial en los cascos urbanos; así como la conformación de grupos o bandas delincuenciales funcionales a la estrategia
paramilitar.

Y la respuesta del Gobierno Nacional ante la crisis humanitaria ha sido decretar la Conmoción Interior en el territorio, la militarización y la estigmatización a los procesos sociales y populares.