El 27 de junio de 1988, en el centro de Bucaramanga, agentes del F2 de la Policía Nacional, en articulación con la Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejercito Nacional (B2), detuvieron y desaparecieron al luchador popular Christian Roa. A la fecha, su caso sigue en la total impunidad.
“ […] se prohíbe decir que el desaparecido “fue” o que el desaparecido “era”. El verbo “SER” de ahora en adelante se conjugara en presente. De lo contrario le estaremos haciendo el juego a la infame represión”
Christian no solo fue un trabajador de la Universidad Industrial de Santander (UIS), también fue un luchador popular destacado: Representante en el Sindicato de Trabajadores de la UIS (SINTRAUIS), miembro de USITRAS, formaba parte de la junta directiva de CAPRUIS, donde participó en la Coordinadora Popular del Nororiente. Por otro lado, impulsor del Primer Encuentro Sindical del Nororiente Colombiano, realizado en Bucaramanga en 1986, en el cual participaron trabajadores/as y empleados/as de la Universidad de Pamplona, la Universidad Francisco de Paula Santander y la Universidad Industrial de Santander, entre otras actividades que contribuyeron a consolidar el movimiento sindical en la región. Igualmente destacable es su participación durante el Paro Cívico del Nororiente en 1987 y en las marchas campesinas de 1988.
La detención y posterior desaparición de Christian Roa es un CRIMEN DE ESTADO, porque fueron agentes de la Policía Nacional y del Ejército Nacional quienes tuvieron participación directa en este hecho. Su desaparición se enmarca dentro del genocidio desatado contras las clases populares organizadas en Colombia; no bastó con su exterminio físico, las élites, que de hecho aún mantienen el poder económico y político en el país, buscaban destruir su memoria, romper los lazos comunitarios y aniquilar la autonomía sindical.
Pero la responsabilidad del Estado no solo se reduce a que integrantes del F2 y B2 hayan desaparecido a Christian, esta también es evidente en la ABSOLUTA NEGLIGENCIA con que ha manejado el caso. Basta con señalar que durante el año en curso, la Fiscalía General de la Nación citó a los abogados y familiares de Christian, para informarles que se encontraban haciendo un cotejo de ADN de unos restos óseos qué se habían hallado en la Vía Girón Santander, y que posiblemente podrían corresponder a personas detenidas y desaparecidas. Pero estos restos se encontraban en manos de la fiscalía desde el año de 1996, es decir, han transcurrido 29 años sin que se hubiese practicado un cotejo de ADN o se haya emprendido una correspondiente investigación.
Christian está presente en nuestras luchas. Familiares, compañeros, compañeras, amigos y amigas, lo recordamos como un gran ser humano, sensible ante las causas populares y comprometido con la concreción de los derechos de la clase trabajadora. Hacemos memoria viva y beligerante de su vida.
Exigimos castigo para los responsables y que el Estado colombiano asuma su responsabilidad e informe sobre su paradero.
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