CANTA SUSURRO DEL VIENTO

 

 

Por: D. G.

Centro de Servicios Judiciales para Adolescentes

 

 

Hoy, en lo más profundo del alma siento un pálpito, siento unos golpes y mis ojos se cargan de lágrimas. El dolor apaga mi ánimo, miro al espejo y me encuentro con mi rostro pálido y llorante perdido en medio de la ignorancia, perdido en un eco sin salida, atrapado en medio de estas cuatro paredes. Me pregunto: ¿qué pasa?, ¿qué he hecho con mi vida?

Las malas decisiones me han pasado factura, han apartado de mí la felicidad, las personas de quienes aprendí a conocer el amor ya no están, sea han marchado, ellas no pueden estar acá conmigo pagando esta condena. Tomé un camino errado, alejé de mi vida mi propia libertad. El demonio me condena en su jaula como su prisionero por haberle adorado, apagué un alma y así, también apagué la mía. El susurro del viento del nordeste canta en torno como diciéndome que busque la paz y el reconcilio con dios y con las personas que me han dañado y a las que he hecho daño, pero cómo hago si soy prisionero del mal, cómo hago si parece que la ley de esta prisión es hacer el mal, cómo hago si la prisión me tiene cautivo en sus deseos. Mi mente divaga, la realidad no acepta, vivo estimulado en un mundo de risa, burlas, rabia, un mundo que al fi nal de la tarde te hace sentir como pálpitos y las lágrimas del principio de esta escritura. No dejes de cantar, susurro del viento.

Equipo Jurídico Pueblos

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