En esta Novena Edición de El Campanero seguimos contando con los aportes de compañerxs de Argentina y Colombia, que desde sus formas particulares del hacer, de pensar y resistir, se siguen abriendo perspectivas y experiencias para comprender la cárcel desde sus dimensiones más complejas. Estas voces, letras y manos que se siguen sumando, es una expresión viva que demuestra, que la única forma de romper con la «naturalización» de la prisión y de pensarnos una vida sin muros, es desde el quehacer colectivo sin importar las fronteras.
Agradecemos a todxs lxs que se sumaron a esta convocatoria, pero sobre todo, agradecer por ser fuego en medio de estos tiempos tan álgidos e intempestivos.
¡¡Rompiendo los muros del silencio!!
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